LA LECHERA #fabula #samaniego #niños #lecturajuvenil
Llevaba en la cabeza
una lechera el cántaro al mercado
con aquella presteza,
aquel aire sencillo, aquel agrado
que va diciendo a todo el que lo advierte:
¡Yo sí que estoy contenta con mi suerte!
Porque no apetecía
más compañía que su pensamiento,
que alegre le ofrecía
inocentes ideas de contento,
marchaba sola la feliz lechera,
y decía entre sí de esta manera:
"Esta leche vendida,
en limpio me dará tanto dinero
y con esta partida,
un canasto de huevos comprar quiero
para sacar cien pollos, que al estío
"Del importe logrado
de tanto pollo, mercaré un cochino:
con bellota, salvado,
tanto, que puede ser que yo consiga
el ver cómo le arrastra la barriga.
Lo llevaré al mercado,
sacaré de él sin duda, buen dinero:
compraré de contado
una robusta vaca y un ternero
que salte y corra toda la campaña,
Con este pensamiento
enajenada, brinca de manera
que a su salto violento
el cántaro cayó. ¡Pobre lechera!
¡Qué compasión! ¡Adiós, leche, dinero,
¡Oh, loca fantasía!
Modera tu alegría,
no sea que saltando de contento
al contemplar dichosa tu mudanza,
No seas ambiciosa
de mejor o más prospera fortuna,
que vivirás ansiosa
sin que pueda saciarte cosa alguna.
No anheles impaciente el fin futuro;
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