Cuentos infantiles y juveniles "ENTRA Y LEEME"

Una tarde de verano llegaron muy cansados a Calcena, San José, la Virgen y Jesús que, haciendo un pequeño rodeo, se dirigían a Egipto para escapar del decreto de Herodes, tetrarca de Judea, había dado, mandando degollar a todos los niños.   Como los sicarios del tirano les iban a los alcances, para hacerles perder la pista determinó San José que a la borrica, cabalgadura de la Sagrada Familia, le pusiese al revés las herraduras el herrero de Calcena. Imagen de Free-Photos en Pixabay Éste no pertenecía a la raza celtibera; era una mezcla de la romana con la negra de África; tenía la cabeza cuadrada, la boca ancha, corto el pescuezo y enorme barriga.  Torpe de mollera, corto de alcances, dominaba en él la envidia, y  más que todo el egoísmo.  Jamás hacía nada sin creer que le serviría de utilidad. -Sólo pagándome con anticipación cambiaré las herraduras -le dijo a San José. -Es el caso que hemos salido precipitadamente de Belén, y nos hemos olvidado los denarios pa

                                                         Imagen de  Jo-B  en  Pixabay   Era víspera de Año Nuevo y todo el mundo marchaba apresurado por las calles, llevando paquetes de turrones y golosinas bajo el brazo.  La noche de invierno era fría y la nieve caía copiosamente. Todos paseaban felices pensando en la fiesta que iban a celebrar en sus casas.  Todos, menos una pobrecita niña vendedora de fósforos, quien, por desgracia, había perdido las zapatillas viejas de su mamá al correr para salvarse de un atropello. La nieve que caía sobre su rubio cabello lo había ondulado graciosamente en torno a su cara. Dentro de su roto delantal, llevaba unas cuantas cajas de fósforos, que ofrecía a los que paseaban; pero éstos, no le hacían ningún caso. Entonces ella decidió marchar sin rumbo fijo, curioseando en los atrayentes escaparates llenos de cosas riquísimas. De tanto caminar se sintió muy cansada y se sentó en un tibio rincón de una calle.  No podía regresar a casa porque, como no

  Imagen de  mauricio607  en  Pixabay   Hace muchísimos años, en el palacio de un rey se hizo una gran fiesta para celebrar el nacimiento de la princesa Pirlipatina.  La reina, que tenía miedo de los ratones, puso a varias doncellas, cada una con un gato, vigilando. A pesar de la medida, los ratones se acercaron a la cuna de la princesita y destrozaron su belleza. La reina convocó a los médicos para intentar recomponer el rostro de Pirlipatina.  Uno de ellos dijo: -La princesa no volverá a recobrar su belleza hasta que un joven que nunca se haya afeitado, ni calzado botas, consiga partir una nuez y se la ofrezca. A los quince años, pasó por allí un príncipe llamado "Cascanueces", que nunca se había afeitado ni calzado botas. -Te ruego partas esta nuez -le dijo la reina- y se la ofrezcas a mi hija para curar su fealdad. Así lo hizo, y la princesa se convirtió en una preciosa joven. -¡Qué bella! -dijo el príncipe-.  Desearía casarme con vos. Mas, he aquí, que en aquel instante,

San Nicolás Imagen de  Tyler Rhee  en  Pixabay   San Nicolás es el patrón de Rusia y de los marineros, los ladrones, los niños y las vírgenes.  Según la  tradición cristiana esta es su leyenda. Nicolás era hijo único de padres creyentes que vivían en Licia , provincia romana del sur de Asia Menor (Turquía).  A la muerte de sus padres, Nicolás cedió la herencia a los pobres, pero no escogió la vida de ermitaño en ningún lugar desierto.  Permaneció dentro de la sociedad, llevó a cabo buenas obras y con su generosidad demostró la forma en que un cristiano debía tratar al  prójimo . Su don más grande lo dio cuando, en su condición de obispo de Licia, convenció a los tripulantes de un convoy de barcos con destino a Alejandría de que desembarcaran los cargamentos de cereales para dar de comer a los famélicos licios.  Aseguró a los marineros que si practicaban ese acto de generosidad al llegar a su destino encontrarían en las bodegas de los barcos la cantidad original

Imagen de  Chris Spencer-Payne  en  Pixabay   La Navidad ha llegado a un pueblo de Alemania, donde sus habitantes se encuentran preparando sus hogares para recibirla. Todos se disponen a limpiar y decorar sus casas.  En una de esas casas, en las que están preparándose para la Navidad, sus habitantes van a llevarse una sorpresa.   En una esquina del comedor, ocultas hasta ahora, tras el aparador de madera con tiradores de bronce, habitan un grupo de arañas.  A pesar de tener un aspecto repulsivo, con sus largas patas y su delgado cuerpo, son inofensivas.  Llevan un tiempo tejiendo sus telarañas, intactas, hasta ahora, ya que la dueña de la casa está limpiando por todos los recónditos escondites que su casa pueda tener. Las arañas, al verla acercarse bayetas en mano, han salido corriendo de su escondite, y han subido a ocultarse en una viga del techo, con la esperanza de no ser encontradas. La Nochebuena ha llegado, como todos los 24 de Diciembre, y las arañas tie

Imagen de  Elf-Moondance  en  Pixabay Hace mucho, mucho tiempo, unos Reyes que eran Magos, enterados del nacimiento del Niño Jesús, por la visión de la estrella en el cielo, iban caminando hacia Belén, para llevar sus ofrendas al Niño recién nacido. Entonces, se encontraron con una anciana, a la que preguntaron si su camino era el correcto y si quería compañía para llegar hasta el portal.  Ella, a pesar de ofrecerles comida y refugio por esa noche, finalmente se negó a acompañarles, poniendo por escusa que tenía mucho trabajo y poco tiempo.  Los Magos siguieron su camino.   Befana, arrepentida, cambió de opinión, recogió todos los dulces y caramelos que pudo y salió al encuentro de los Reyes Magos de Oriente y del Niño Jesús.   Por el camino fue preguntando casa por casa, a todas las personas que encontraba, por los tres Reyes, a la vez que repartía caramelos a los niños. Befana aún sigue incansable, buscando al niño Jesús, todas las vísperas de Reyes, dejando

Imagen de  Elf-Moondance  en  Pixabay   HOLA AMIGUITOS , os voy a contar lo que me pasó las Navidades pasadas. Desde que empezaron por todos los sitios a recordarnos que la Navidad pronto llegaría otra vez, tuve una idea fija en mi cabeza, quería saberlo todo sobre los Reyes Magos, porque en mi casa son los que nos traen los regalos de Navidad.  A mí me da un poco igual quien me traiga regalos, pero mi papá y mi mamá dicen que en casa solo se le escribe la carta a los Reyes Magos, que ellos saben venir, que no se pierden por el camino, que si supieron encontrar al niño Jesús en Belén siguiendo una estrella que venía de nadie sabe donde, que ahora tenían gps en los camellos así que, no hay nada mas que hablar. Pues así estaban las cosas en mi casa.  Mi hermano y yo  escribiendo la carta, no muy larga, que dicen los papás que los Reyes Magos también están en crisis, que hay niños muy pobres en el mundo que no tienen ni pan para comer, que nos tenemos que conforma

Imagen de  Terri Cnudde  en  Pixabay   En tiempos del emperador de Roma Augusto, éste, decidió censar a la población de su imperio.  Todas las personas tuvieron que acudir al lugar donde nacieron, para anotar sus nombres y apellidos.  Entre todas aquellas personas, estaban la Virgen María, que estaba embarazada y San José. María estaba para dar a luz de un momento a otro, cuando llegaron a Belén.  La noche era fría, como correspondía al 24 de diciembre.  Preocupados por la situación, llamaron a la puerta de una posada de Belén.   -Por caridad pido posada, mi esposa está a punto de dar a luz y hace frío en la calle. -No puedo abrir, no le conozco y desconfío de ustedes.  Sigan su camino. -respondió el posadero. -Sea caritativo y el cielo le premiará. -No molesten más.  -respondió a su súplica el posadero.   San José y la Virgen María siguieron su camino, buscando un lugar donde pasar la noche.  Llegaron a la posada de los peregrinos y llamaron a l

Imagen de  No-longer-here  en  Pixabay   Wilfredo es un pingüino que está enfadado.  Las Navidades pasadas, a Wilfredo no le trajo ningún juguete Papa Noel.  El pingüino no entiende por qué sucedió esto, con lo bien que se lo había pasado todo el año, vienen las Navidades y tienen regalos todos, menos él. Desde entonces, está pensando y pensando como puede vengarse de Papa Noel.  Algo tiene que hacer para que este año no vuelva ha suceder lo mismo.  Cree que ha encontrado la solución a su problema y tiene que darse prisa, porque vuelven las Navidades otra vez, ya están muy cerca y no quiere que falle su plan.   El pingüino Wilfredo, ha fabricado un secador, como ese con el que os secan el pelo los papas después de bañaros si, pero enorme, grandísimo, gigante, tanto que ha tenido que fabricar también un trineo, también enorme claro, para poder arrastrarlo por la nieve y llevarlo hasta donde el quiere, a la casa de Papa Noel. Ha puesto unos perros para que arrastren