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Mostrando las entradas etiquetadas como Hans Christian #Andersen

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EL LINO #cuentosinfantiles #cuentospopulares #andersen #infantil #reciclar

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Había florecido el lino y era digna de admirar aquella extensión azul, que parecía un precioso trasunto del cielo en la tierra.  No había una sola planta que no estuviese coronada de bonitas flores de un azul vivo y luminoso, y de hojitas tan delicadas como alas de mariposas. El sol y el agua abrillantaban la belleza de aquel campo de lino en flor y el aire suave de la mañana producía en él. -La gente me mira mucho y alaba el color de mis flores y lo esbelto de mis tallos.  El sol y la lluvia me acarician como pares cariñosos, y me siento feliz. -Felicidad de un día -le contestó el helecho vecino-.  Conozco el mundo mejor que tú y sé que la canción de las flores dura muy poco. El lino se entristeció con esta frase, pero no podía creer que tanta gala tuviese tan inmediato fin.  "No puedo ser" decía para sí.  "Mañana volverá a lucir el sol y vendrá a bañarme cariñosamente la lluvia.  Me siento crecer y revivir a cada momento que pasa.  ¿Por qué se ha de acabar tan pronto e

LOS DOS HERMANITOS #cuentosinfantiles #andersen #cuentospopulares

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Había dos hermanitos, niño y niña, que vivían víctimas de las palabras duras y malos tratos de su madrastra.  Ésta los aborrecía porque eran bien parecidos y, en cambio, su propia hija era fea, coja y, por añadidura, tuerta. Cansados de padecer, los dos hermanitos decidieron escaparse de casa y, aprovechando un descuido de la madrastra, huyeron de aquel hogar de malos recuerdos. Caminaron largas horas por caminos y senderos, y al llegar la noche, se encontraron a la entrada de un espeso bosque.  Rendidos de hambre y fatiga, se acomodaron en el hueco de un viejo tronco.  Al día siguiente continuaron su camino, pero como hacía mucho calor, sintieron sed.  El niño dijo: -¡Corramos, hermanita, que oigo el murmullo de un arroyo! Cuando el niño se inclinó para beber, la niña se lo impidió, porque oyó que el agua murmuraba: -¡El que me beba quedará convertido en tigre! Continuaron su ruta y encontraron otro pequeño riachuelo.  El niño se abalanzó ansioso sobre el agua, pero su hermanito lo ev

EL RUISEÑOR #cuentosinfantiles #cuentospopulares #andersen

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  Ya sabéis que en China el emperador es chino, y chinos son también todos los que viven con él.  De esta historia hace muchos años, pero precisamente por eso merece la pena oírla, pues podría olvidarse. El palacio del emperador era el más hermoso del mundo.  Estaba hecho de fina y cara porcelana, pero era tan frágil que había que tener mucho cuidado al tocarla.  En el jardín se podían contemplar flores asombrosas, y a las más bellas les había atado unas campanitas de plata que sonaban para que nadie pasara a su lado sin fijarse en ellas.  Si, en el jardín del emperador todo estaba perfectamente pensado, y era tan extenso que ni el jardinero sabía dónde terminaba.  Si uno caminaba y caminaba, llegaba a un precioso bosque con altos árboles y profundos lagos.  El bosque se extendía hasta la orilla del mar, que era azul profundo.  En el bosque habitaba un ruiseñor que cantaba tan maravillosamente bien, que hasta el pobre pescador que tenía tantas cosas que atender se detenía a escucharlo

LA CAMPANA #CUENTOinfantil #Hans_Christian_Andersen #infancia #conciencia

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  Imagen de  Gerd Altmann  en  Pixabay   Cierta vez, en un pueblo escondido en un hermoso valle, se celebró una gran fiesta. -¡Qué fiesta tan divertida! -comentó un conejillo que, con otros animalitos del bosque, contemplaba el bullicio de las gentes que cantaban y bailaban. De pronto, dominando los ruidos de la fiesta,  se escuchó el tañido de una campana. -¿Dónde estará esa campana? -se preguntaron todos. Pero por más que buscaron, nadie pudo descubrir el lugar en que estaba escondida la campana. El rey no tardó en tomar cartas  en el asunto y ofreció un valioso premio al que descubriese la misteriosa campana. -Al que logre descubrirla -dijo-, le concederé el título de Conde de la Campana. Todas las tardes, al ponerse el sol, se oía el tañido de la campana, una campana misteriosa que nadie sabía dónde estaba, ni quién la tocaba. Un domingo, por la mañana, al salir de misa, dos niños y una niña se dirigieron al bosque a buscar la campana escondida. -¿Sabes dónde está la campana mister

LA SIRENITA #CUENTO_INFANTIL #HANS_CRHISTIAN_ANDERSEN #NIÑOS

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Imagen de  Dina Dee  en  Pixabay    Hace muchos años, cuando el fondo del mar tenía hermosos palacios de mármol y coral, habitados por sirenas, existió una, la más hermosa de todas. Era la más joven de las seis princesas-sirenas que vivían en aquel palacio encantado en el fondo de las laguas.  Tenía el cutis de rosa y los ojos tan azules como el agua marina; pero se sentía desgraciada. -Mamá -preguntó un día la sirenita a su madre-, ¿ cuándo podremos salir a la superficie para admirar las cosas tan bellas que hay en la tierra? -Cuando tengáis quince años -le respondió su madre-.  Entonces podréis sentaros sobre las rocas a la luz de la luna y admirar los barcos que cruzan los océanos. Pero la pequeña, no pudiendo contener su impaciencia, nadó hacia la superficie sin que nadie la viera. El mar estaba bastante agitado y la sirenita, llena de espanto, vio cómo un barco se estrellaba contra los arrecifes.  De pronto, escuchó la voz de un joven que pedía socorro. La pequeña nadó hacia él y

LA VENDEDORA DE FÓSFOROS #cuentosinfantiles #cuentospopulares #andersen #niños #niñas #navidad

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                                                  Era víspera de Año Nuevo y todo el mundo marchaba apresurado por las calles, llevando paquetes de turrones y golosinas bajo el brazo.  La noche de invierno era fría y la nieve caía copiosamente. Todos paseaban felices pensando en la fiesta que iban a celebrar en sus casas.  Todos, menos una pobrecita niña vendedora de fósforos, quien, por desgracia, había perdido las zapatillas viejas de su mamá al correr para salvarse de un atropello. La nieve que caía sobre su rubio cabello lo había ondulado graciosamente en torno a su cara. Dentro de su roto delantal, llevaba unas cuantas cajas de fósforos, que ofrecía a los que paseaban; pero éstos, no le hacían ningún caso. Entonces ella decidió marchar sin rumbo fijo, curioseando en los atrayentes escaparates llenos de cosas riquísimas. De tanto caminar se sintió muy cansada y se sentó en un tibio rincón de una calle.  No podía regresar a casa porque, como no había vendido una sola caja de fósforo

Cuentos infantiles "ENTRA Y LEEME"

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