LA VARITA DE VIRTUDES #magia #niños #cuentosinfantiles #aragón #lecturajuvenil
-¿Cuánto me queréis?
-Más que a mi vida -contestó la mayor.
-Más que a mi alma -respondió la mediana.
-Yo -dijo la chica- le quiero más que a la sal y al agua.
Como el padre no comprendió el sentido de la frase, y le gustaba que le adulasen hasta sus hijas, echó de casa a la más pequeña. Afligida la niña, caminaba sin saber a dónde ir, cuando se encontró una perrita de aguas, la casta más inteligente de la raza canina. Un hechicero le había enseñado a hablar y preguntó a la chiquilla:
-¿Por qué lloras?
-Porque no tengo pan para comer, ni paja donde dormir.
-Toma esta varita de virtudes -dijo la perrita señalando con la pata un precioso palito con los extremos de oro, que el animal había soltado de la boca durante la conversación- con ella, conseguirás cuanto desees, si al mismo tiempo dices las palabras que te voy a comunicar en secreto.
La perrita, puesta en dos pies, acercó el hocico al oído de la chica, y escapó como una exhalación.
Hubo quien se alarmó, temiendo que llegara la pastorcita de patos a la privanza real. Conforme la paterita crecía, se aumentaban sus encantos y la rabiosa envidia que la tenían los bajos servidores de palacio.
-Mariica lo ha dicho, Mariica lo hará, sino, la cabeza se le cortará.
-"Con la virtud que tú tienes y con la que Dios te ha dado, me saques de este apuro." "Sol y Luna, Dios me ampare y mi fortuna. Luna y Sol, Dios me apare y su favor."
Pronto inventaron nueva falsedad. Aseguraron que la paterita ofrecía limpiar toda la ropa blanca de palacio, y la de los cien mil guardias del rey, en quince minutos. La reina dio una carcajada y repitió:
-Mariica lo ha dicho; Mariica lo hará; si no, la cabeza se le cortará.
De esta no te escapas, pensaron los encarnizados enemigos de la que guardaba los patos. Esta, al comunicárselo, pronunció, mirando a la varita, la fórmula sibilítica y se la presentó una urraca, ave parlanchina, que la dijo:
-Se ejecutará lo que deseas.
"Pajaritos del mar.
unos a acarrear y lavar,
otros a secar y planchar,
los demás a guardar."
Los más intrigantes y aduladores del palacio real inventaron un imposible mayo que los anteriores. Como la reina tenia la inmensa pena de que su hijo mayor se hallaba encantado, le dijeron que la paterita juraba que podía desencantarlo.
La reina, al oírlo, vistos los prodigios que había llevado a feliz remate la de los patos, replicó muy confiada:
-Mariica lo ha dicho, Mariica lo hará. Y si lo hace, con mi hijo casará.
-Monta en el alazán, sigue al pájaro y guarda la copa.
Arrebatados por el huracán, corrió el caballo y voló la avecilla, parándose de pronto junto a una fuente. El pájaro mandó a su vez a Mariica:
-Coge una copa de agua y tírala al aire.
Al evaporarse el líquido, quedó el príncipe desencantado. A los pocos días se casó con la envidiada niña.
Convidaron a comer a todos los secretarios de los pueblos del reino. La princesa preguntó a su padre por sus hijas y respondió:
-Tenía tres. Las dos mayores, muy cataplasmeras (aduladoras), me abandonaron cuando más las necesitaba. A la más pequeña, porque no las imitaba, la arrojé de casa.
-Esa soy yo -dijo la hermosa Mariica abrazándole- Os quiero más que al agua y la sal, sin las cuales no se puede vivir.
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