LA LIEBRE Y LAS RANAS #fabulas #jeandelafontaine #lecturajuvenil #niños #infancia #miedo
Meditaba una Liebre en su madriguera: "¿En qué pasar el tiempo, allí, a solas, sino en continua cavilación?". Sumida estaba en el mayor aburrimiento, su natural es triste, y medroso por añadidura. "¡Qué gente tan desdichada es la asustadiza! ¡Nada le hace provecho; no hay dicha completa para ella; siempre en continua zozobra! Así vivo yo: este maldito miedo no me deja dormir más que con los ojos abiertos. Corregíos, dirá algún docto maestro. Pero ¿hay alguna panacea para el miedo? Yo presumo, a decir verdad, que los mismos hombres tienen tanto miedo o más que nosotras las liebres".
Tal pensaba, sin dejar un momento el atisbo. Estaba inquieta y temerosa: un soplo, una sombra, un nada, le daban calentura. El triste animalejo, cavilando de esta suerte, oye un ruido, y aquella fue la señal para echar a correr.
Corriendo y más corriendo pasó junto a una charca. ¡Allí fue Troya! Por todas partes, Ranas saltando al agua, y escondiéndose en el fango.
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