LA CIGARRA Y LA HORMIGA #Niños #Fábula #JeanDeLaFontaine
Imagen de Clker-Free-Vector-Images en Pixabay
LA CIGARRA Y LA HORMIGA
La Cigarra, después de cantar todo el verano, se halló sin vituallas cuando comenzó a soplar el cierzo: ¡ni una ración fiambre de mosca o de gusanillo!
Hambrienta, fue a lloriquear en la vecindad, a casa de la Hormiga, pidiéndole que le prestase algo de grano para mantenerse hasta la cosecha.
La Hormiga no es prestamista: ese es su menor defecto.
-"¿Qué hacías en el buen tiempo? -preguntó a la pedigüeña-.
-No quisiera enojaros, -le contestó-, pero la verdad es que pasaba cantando día y noche.
-¡Bien me parece! Pues mira: así como entonces cantabas, baila ahora.
Comentarios
Publicar un comentario