COMO NACIÓ EN LA INDIA EL ÁRBOL DEL PAN #lecturajuvenil #LEYENDA #caridad ##INDIA #recompensa
En una choza, cerca del bosque, vivía un hombre viejo, con su hijo y un criado. Un fiel perro les hacía compañía. Su vida era humilde, casi miserable; abandonados por todos y de todos olvidados. Pero por ellos velaba Brahma, omnipotente y misericordioso. Era la época de las lluvias; esas lluvias torrenciales que se precipitan sobre las tierras ardientes de la India. Los habitantes de la choza se hallaban recluidos en ella, sin atreverse a salir hasta tanto que no cesara el turbión. en una vieja arca guardaban cuatro grandes hogazas, el único alimento con que contaban hasta que las lluvias cesaran y la tierra, generosa, les brindara nuevos frutos.
Una noche triste y tormentosa estaban sentados a la mesa sus tres moradores, el perro dormía a los pies de su amo. De pronto sonaron unos golpes vigorosos dados en la puerta. Se levantó el criado y abrió: era un mendigo que suplicaba un poco de pan. Contempló el viejo las cuatro hogazas, y, sin vacilar dijo:
-Dale tu pan. Él es viejo y tú eres joven. Ayuda al desgraciado y Brahma te premiará.
Tomó el servidor con alegría su pan y se lo dio al mendigo con animoso gesto. Transcurrieron siete días más y las lluvias no cesaban. En la choza todo era desamparo y tristeza. Y otra vez llamó el mendigo con débil lamento, suplicando una limosna. El anciano ordenó con sencillez:
Con triste gesto obedeció el criado. El mendigo se alejó con lágrimas de gratitud. Y se sucedieron otros siete días infinitos, bajo un cielo plomizo y cerrado. Por cuarta vez llamó el mendicante y suplicó algo que aliviara su miseria. El viejo señor dijo:
-Ya nada nos queda, sino el pan del perro. Bendigamos a Brahma que nos permite aliviar una vez más el desamparo de nuestro hermano. Justo es que ahora se sacrifique el animal, aun cuando no pueda sentir la alegría de una buena obra. Da, pues, a ese hombre el pan del perro.
-Toma. Di a tu señor que siembre esta semilla; de ella crecerá un árbol, y sus frutos os alimentarán y ya jamás pasaréis hambre. Porque habéis socorrido a los desventurados, Brahma os toma bajo su protección.
Entró el criado en la casa y refirió a su señor y su hijo; pero ya nada vieron. Cogió la semilla, regalo de Brahma, subió a una colina, abrió un hoyo en el suelo y la sembró. Y rindió adoración y gratitud a Brahma. Una lluvia cálida humedeció, benigna, la tierra. Y surgió un tallo duro, que creció recto y se elevó sobre el suelo hasta formar un magnífico tronco. Entre las ramas del árbol, aparecieron cuatro grandes frutos, cuatro panes blandos y sabrosos. Era el árbol del pan, el don de Brahma a su tierra bienamada, la India.
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