Después de que los dioses crearan Midgard y levantaran a la gran sala Valhalla, un albañil se presenta y se ofrece a levantar una fortificación a prueba de ataques de los gigantes de las montañas y la escarcha, aunque se abran paso hasta el mismo Midgard. Como pago pide en matrimonio a la diosa Freya, así como el sol y la luna.
Los dioses aceptan con la condición de que finalice el trabajo en un solo invierno sin ayuda de ningún otro hombre, o no recibirá el pago. El albañil accede, pero solicita que se le permita hacer uso de su semental Svadilfoeri, algo que se le concede siguiendo el consejo del travieso dios Loki. El trato se cierra con promesas solemnes por ambas partes.
El albañil comienza el trabajo. Svadilfoeri, que trabaja durante la noche arrastrando piedras, posee el doble de fuerza que el albañil, y a principios de verano todo indica que el trabajo se terminará a tiempo, momento en que los dioses se dan cuenta del panorama aterrador que tienen por delante; no solo pueden perder a Freya, sino también las fuentes de luz del mundo.
Loki.
Culpan a Loki por su mal asesoramiento y le obligan a concebir el modo de impedir que el albañil acabe el trabajo a tiempo. La solución de Loki al problema es sencilla, se transforma en una yegua. Esa misma noche, cuando el semental empieza el trabajo, lo atrae a un lugar apartado. Los dos caballos retozan en el bosque toda la noche, lo que retrasa el trabajo de la fortificación.
El albañil, ante la perspectiva de perder su emolumento, monta en cólera de forma tan aterradora que los dioses se percatan de que en realidad no es un hombre, sino un gigante de las montañas. Olvidan el trato e invocan a Thor, quien alza su martillo, Miollnir, y destroza el cráneo al gigante de las montañas.
Comentarios
Publicar un comentario