COMO ELIGIERON REY A ARTURO #lecturajuvenil #leyenda #inglaterra #niños
A la muerte de su padre, Arturo fue elegido rey por la asamblea de los barones, pero no todos lo aceptaban. Algunos valientes guerreros decían:-Arturo es aún muy niño. Muchos enemigos
acechan nuestro reino. Un rey tan joven no podrá conducir el ejército, ni podrá con una espada tan pesada.
El arzobispo Bruce respondió:
-Es víspera de Navidad, día solemne y señalado. Esta noche estaré desde la puesta de sol hasta el amanecer en oración. Habréis de acompañarme y pediremos a Dios que la Providencia nos manifieste de algún modo, quién es el que ha de gobernar.
Así se hizo. Rezaron, oyeron misa, y cuando acabó la ceremonia y salieron, vieron maravillados que la Providencia los había escuchado. En medio de la plaza, delante de la iglesia, se hallaba una gran piedra, que había aparecido sin saber nadie cómo. En la piedra había sido clavada una espada que tenía esta inscripción:
Todos aceptaron y todos, entonces, empezaron, uno a uno, a probar sus fuerzas. Los reyes tributarios de Uther y los caballeros más renombrados fueron acercándose a la piedra; agarraban con todas sus fuerzas la maravillosa espada, pero ésta no se desprendía. Nadie pudo sacarla aquel día, no los siguientes. Y así fue pasando el tiempo, hasta que llegó la fiesta de Pentecostés, en la que celebraban celebraciones y torneos, en los que participaban todos los caballeros de la corte y otros muchos venidos de distintas comarcas del país.
Arturo, estaba sirviendo como escudero en el palacio de su hermano de leche, sir Kay. Éste fue al torneo y trajo con él, a su servicio, al joven Arturo. En el día del torneo, sir Kay luchó con gran valor; pero tuvo un momento en que su espada se rompió en dos pedazos. Sir Kay envió a Arturo al palacio; pero antes, en el camino, al pasar al lado de la iglesia, vio una hermosa espada hincada en una piedra. Tiró de ella sin dificultad y la llevo a su señor.
Cuando los caballeros vieron que sir Kay tenía la espada Scaliborn, exclamaron:
-¡Ésta es la espada que concede el Reino!
Sir Kay, entonces, quiso ser elegido rey, puesto que poseía la espada que daba tal dignidad, pero Bruce se opuso y dijo:
-No se trata de tener la espada, sino de haberla sacado de la piedra.
Mucho discutieron el asunto, y por fin decidieron volver a ponerla en la piedra. Apenas la pusieron, la espada se adhirió tan fuertemente a la roca, que de nuevo, nadie podía sacarla. Tampoco sir Kay.
Llegó entonces el momento de probar para Arturo. Se acercó, tomó la empuñadura entre sus manos y sin esfuerzo, sacó la espada. Todos los caballeros consideraron la prueba decisiva, y Arturo fue proclamado rey. Las fiestas de Pentecostés se enlazaron con las de la coronación. Fueron alegres y sonadas.
acechan nuestro reino. Un rey tan joven no podrá conducir el ejército, ni podrá con una espada tan pesada.
El arzobispo Bruce respondió:
-Es víspera de Navidad, día solemne y señalado. Esta noche estaré desde la puesta de sol hasta el amanecer en oración. Habréis de acompañarme y pediremos a Dios que la Providencia nos manifieste de algún modo, quién es el que ha de gobernar.
Así se hizo. Rezaron, oyeron misa, y cuando acabó la ceremonia y salieron, vieron maravillados que la Providencia los había escuchado. En medio de la plaza, delante de la iglesia, se hallaba una gran piedra, que había aparecido sin saber nadie cómo. En la piedra había sido clavada una espada que tenía esta inscripción:
Soy Scaliborn, la alta; soy el mejor tesoro de un rey
Bruce, el buen obispo, se hincó de rodillas, dando gracias al cielo por haber realizado tan gran milagro y dijo:-Ya vemos cuál puede ser el procedimiento de elegir rey. Os propongo lo siguiente: será elegido rey y acatado por todos nosotros aquél que pueda sacar la espada de la piedra.
Arturo, estaba sirviendo como escudero en el palacio de su hermano de leche, sir Kay. Éste fue al torneo y trajo con él, a su servicio, al joven Arturo. En el día del torneo, sir Kay luchó con gran valor; pero tuvo un momento en que su espada se rompió en dos pedazos. Sir Kay envió a Arturo al palacio; pero antes, en el camino, al pasar al lado de la iglesia, vio una hermosa espada hincada en una piedra. Tiró de ella sin dificultad y la llevo a su señor.
Cuando los caballeros vieron que sir Kay tenía la espada Scaliborn, exclamaron:
-¡Ésta es la espada que concede el Reino!
Sir Kay, entonces, quiso ser elegido rey, puesto que poseía la espada que daba tal dignidad, pero Bruce se opuso y dijo:
-No se trata de tener la espada, sino de haberla sacado de la piedra.
Mucho discutieron el asunto, y por fin decidieron volver a ponerla en la piedra. Apenas la pusieron, la espada se adhirió tan fuertemente a la roca, que de nuevo, nadie podía sacarla. Tampoco sir Kay.
Llegó entonces el momento de probar para Arturo. Se acercó, tomó la empuñadura entre sus manos y sin esfuerzo, sacó la espada. Todos los caballeros consideraron la prueba decisiva, y Arturo fue proclamado rey. Las fiestas de Pentecostés se enlazaron con las de la coronación. Fueron alegres y sonadas.
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