EL HOMBRE BÚFALO #leyendas #aprender #origen #america #pueblo_ute #lecturajuvenil
Había una vez un anciano que vivía con su mujer. Ambos eran seres muy frágiles y les costaba mucho esfuerzo encontrar comida, pues no tenían hijos que los ayudasen a cazar o a buscar alimento, porque la mujer era estéril.
Ante el peligro de morir de hambre, el anciano salió por ultima vez en busca de alguna pieza de caza. Por el camino descubrió unas huellas de búfalo, pero también advirtió una pequeña mancha de sangre que supuso pertenecía a algo que el búfalo había dejado caer. La envolvió en un trapo y se la llevó a casa.
Esa noche, la anciana puso un poco de agua a hervir y metió la mancha de sangre en la olla. Cuando fue a remover la olla, se quedó perpleja al descubrir allí dentro a un recién nacido. Sacó al niño de la olla y lo secó con cuidado.
Al cabo de pocos días, la pareja de ancianos advirtió que aquel niño estaba creciendo muy rápido, y el anciano no tardó en sorprenderlo fuera de la casa con su arco y sus flechas. El anciano le dijo a su mujer que el chico era un experto cazador y que pensaba enviarlo a cazar comida para los tres.
El día siguiente, el anciano dio instrucciones al chico para que saliese de caza, y éste cogió el arco con entusiasmo y se fue. Ese mismo día un poco más tarde, regresó cargado con casi todas las clases de animales que vivían en aquellas tierras, desde conejos y ciervos hasta ardillas y pájaros. La pareja de ancianos ya tenía comida suficiente para sobrevivir varios meses.
Al cabo de unos años, el chico se había convertido ya en un hombre, y el anciano no tardó en darse cuenta de que su hijo adoptivo necesitaba encontrar su propia tribu y vivir entre ellos. El joven accedió pero antes de marcharse quiso asegurarse de que la pareja contaba con comida suficiente para el resto de sus días.
Tras viajar durante un tiempo, el joven se encontró con un poblado, cuyo jefe salió a recibirle. El muchacho le explicó al jefe que estaba buscando a su tribu, pues no sabía a cuál pertenecía. Compadeciéndose del hombre, el jefe le propuso que se quedara a vivir entre su gente. El joven no tardó en enamorarse de la hermosa hija del jefe, y éste le permitió casarse con ella porque era un cazador magnífico.
Una noche, el joven les dijo a los miembros de la tribu que se avecinaba una tormenta y que se afanasen en refugiarse en sus tipis. A la mañana siguiente, había un búfalo muerto delante de cada tipi, y fue entonces cuando el joven se dio cuenta de que pertenecía a la tribu de los búfalos. Sin embargo, amaba mucho a su esposa y le dijo que para poder permanecer con la tribu, no podía pronunciar las palabras "cría de búfalo".
Varias semanas después, cuando los hombres de la tribu se disponían a salir a la caza del búfalo, la esposa del joven, movida por el entusiasmo, se olvidó de las palabras de advertencia de su marido y les gritó a los hombres:
"¡Matad a la cría del búfalo!"
De inmediato, el joven echó a correr para huir del poblado transformándose en un búfalo mientras corría. Su esposa le pidió a gritos que volviera, pero el hombre no regresó, sino que vivió para siempre entre los suyos, los búfalos.
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