EL POLLITO CANTANTE #aprender #superar #oportunidad #cuentosinfantiles #niños #infancia
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En
mi pueblo hay una granja, en la granja hay animales y entre todos los
animales que hay está Pollito.
Pollito
es pequeño, uno entre seis hermanitos que salieron a la vez, cada
cuál de su cascarón claro, pero este tiene algo diferente. Quiere
ser cantante, así, como os lo cuento y claro, su mamá le dice ¿Qué es eso de ser cantante? Pues eso, que quiere cantar todas las
mañanas cuando el sol sale de entre la noche, iluminándolo todo, el
quiere cantar, como el gallo que se sube al tejado del gallinero y
despierta con su kirikiiiiiii a todos los que duermen en la granja.
Su
mamá le ha dicho que es demasiado pequeño para ello, tiene que
esperar y crecer.
Pollito
da vueltas en círculo, con sus alitas pegadas a su cuerpecito, dando
pasitos uno tras otro, con cara disgustada.
Ahí
estaba, dando vueltas cuando el gallo de la granja, grande y
arrogante le pregunta:
-¿Qué
te pasa Pollito, tanto dar vueltas, que vas a hacer un agujero en el
suelo y te vas a perder en él?
-Quiero
ser cantante y despertar a todo el mundo por la mañana como haces
tú.
-Ja
ja ja ja … Eres demasiado pequeño para hacer el importante trabajo
que yo hago. Mucho tienes que crecer y que aprender
todavía Pollito.
El
gallo, grande y arrogante, dio media vuelta y se fue, dejando a
pollito más preocupado todavía de lo que estaba. Se dio
cuenta que a gallo, no le había gustado nada, nada, su intención de
ser cantante como él.
Volvió
a dar vueltas y más vueltas. Los demás animales de la
granja lo miraban sin atreverse a preguntar que le pasaba, se
limitaban a mirarlo en la distancia, hasta que, el viejo gallo, que
ya no puede cantar, se acerca a él y le dice:
-Hola Pollito. He oído que quieres cantar.
-Sí
pero mi mamá me dice que soy pequeño, el gallo grande que canta
ahora por las mañanas se ha reído de mi, también dice que soy
pequeño, pero creceré y aprenderé a cantar –responde decidido.
-Bueno
ya hablaremos –dijo el viejo gallo alejándose.
Al
viejo gallo le había impresionado la decisión
del pollito y la manera en que el gallo grande le contestó, le
recordaba, como había sido quitado de su puesto, años atrás, por
el gallo grande. La misma arrogancia con había tratado al
pollito, la usó con él y no le gustó nada.
Buscó
a la mamá del pollito para ofrecerse a enseñarle a cantar. La
mamá aceptó, con la condición de que tenía que ser después de
que pollito acabara su tarea diaria y el viejo gallo aceptó. Faltaba
decírselo a su nuevo alumno.
-Hola
pollito. Deja de dar vueltas y escúchame un momento. He
hablado con el viejo gallo y te ofrece enseñarte a cantar, pero
después de que hagas tu tarea ¿Qué respondes?
-Siiiii
–gritaba entusiasmado- iré y aprenderé todo lo que
pueda mamá, gracias por dejarme.
-Bueno
cariño, tu aprende mucho y ten paciencia.
Así
quedó la cosa, Pollito contento de aprender y el viejo gallo
contento de enseñar.
Pasaron
los días. Pollito iba todos los días con el viejo gallo. Con
el paso de los días fue creciendo y aprendiendo. El tiempo que
pasaba con el viejo gallo hizo que se convirtieran también en amigos
y así, día a día, llegó el momento en que el pollito se convirtió
en un gallo hermoso, grande, honesto que cantaba de maravilla, con un
potente canto.
El
gallo grande y arrogante los vigiló todo el tiempo, con envidia por
la amistad que había crecido entre alumno y maestro, hasta que se
dio cuenta de que había actuado mal con los dos. Al viejo
gallo le expulsó de su puesto de malos modos y con pollito tampoco
lo hizo mejor porque tenía miedo, de que con el tiempo, pollito le
hiciera a él lo mismo.
Pasaron
los días y una mañana, a punto de amanecer, cuando se dirigía el
gallo grande a su puesto se encontró con el nuevo gallo, que ya no
era el pequeño pollito de antes.
-Buenos
días gallo grande. Como bien sabes he aprendido a cantar,
el viejo gallo me ha enseñado.
-Si
lo sé. También sé, que quieres mi puesto.
-No
te equivocas. Vengo a pedirte que me dejes cantar contigo.
El
gallo grande, arrogante, de pronto se sintió pequeño y
malvado. ¡Qué mal había juzgado al gallito! ¡El
gallito solo quería cantar con él!
-Si
gallito te dejo.
Y
allí fueron los dos, a despertar con sus potentes kikirikis a todos
los habitantes de la granja, en silencio y observados por el viejo
gallo y de la mamá del gallito, que escondidos se miraban sonriendo.
Este cuento ha sido creado y registrado por mi, su autora M.ª Pilar Rubio Martínez.
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