LA REINA ABEJA #aprender #reto #ayuda #cuentosinfantiles #cuentospopulares #perrault
En remotos tiempos hubo tres príncipes hermanos. Los dos mayores eran alegres y alocados y, un buen día, aburridos de la vida que llevaban, salieron en busca de aventuras. Pidieron dinero a su padre, el rey, y partieron. Pero pronto lo gastaron todo en diversiones y, como eran incapaces de trabajar, se vieron en la mayor pobreza.
El más joven de los hermanos, un muchacho serio y juicioso, resolvió acudir en su ayuda, pues hasta palacio habían llegado noticias de su desventura.
Cuando los hermanos mayores le vieron aparecer, se echaron a reír. Suponían que aquel muchacho, pequeño y débil, no podía triunfar en nada, puesto que ellos, grandes y fuertes, habían fracasado.
Un día pasaron cerca de un gran hormiguero y el mayor propuso deshacerlo, por pura diversión. El segundo aprobó la idea pero intervino entonces el menor:
-¿Por qué hacer daño inútil? Déjenlas que sigan su camino. No permitiré que las molesten.
Como a los dos príncipes no les importaba ni poco ni mucho el asunto, no hicieron caso a su hermano menor y siguieron camino. Al cabo de un rato pasaron junto a un lago donde nadaban muchos patos. El segundo de los hermanos propuso cazarlos para comerlos asados; pero intervino el menor:
-¡Pobres patitos! Déjenlos vivir en paz. No permitiré que los molesten.
Los hermanos se encogieron de hombros y siguieron camino. Llegaron a un bosque y se tendieron a descansar bajo un árbol. Uno de los mayores dijo de pronto, mirando hacia arriba:
-En este árbol hay abejas, la miel corre por el tronco. Encendamos fuego al pie del árbol, las abejas morirán y podremos sacar la miel sin peligro.
-Dejen en paz a esas abejas. No permitiré que las molesten -intervino el hermano menor.
Sin discutir; los dos hermanos mayores, obedecieron y siguieron caminando, hasta que un buen día llegaron ante un hermoso castillo. Al acercarse advirtieron que todo estaba silencioso allí. Entraron en la caballeriza y encontraron hermosos caballos, pero de mármol.
Recorrieron después todo el castillo, pieza por pieza, sin hallar una sola persona. Llegaron por fin hasta una habitación que no pudieron abrir. Entonces el mayor, que era el más alto, vio un agujerito en la parte superior y miró por él.
Dentro había un anciano sentado ante una mesa bien servida. Le llamó suavemente primero y a gritos después, hasta que levantó los ojos y, al ver al príncipe, abrió la puerta.
Al día siguiente, el anciano llamó al hermano mayor y le mostró una tablilla donde estaba escrita la fórmula para desencantar el castillo. Decía así: "En el bosque están enterradas las mil perlas de la hija del rey. Hay que encontrarlas; pero si al ponerse el sol falta alguna, quien las busque se convertirá en estatua".
Entusiasmad, el príncipe comenzó a buscar las perlas en el bosque; pero al caer el sol no tenía siquiera cien perlas en sus manos, por lo que se volvió de mármol.
El segundo hermano corrió al otro día la misma suerte.
Solo quedaba entonces el pequeño príncipe por intentar la ventura, y a poco de empezar su tarea se convenció de que jamás lo conseguiría. Pero las hormigas vinieron en su ayuda, aquellas que él había salvado, y con ellas recogió las mil perlas antes de ponerse el sol.
El anciano le mostró luego otra tablilla que decía: "La llave de la cámara de la princesa debe sacarse del fondo del lago". Pero las aguas eran demasiado profundas. Entonces vinieron en su ayuda los patos aquellos que él había salvado, y le entregaron la llave.
Pero había aún una tercera tablilla que decía: "El rey tiene tres hijas ¿Cuál de ellas es la más joven?". Se presentaron ante el príncipe las tres niñas, todas iguales. ¿Cómo podría saber cuál era la más joven? En ese momento alguien murmuró en su oído, que la más joven había desayunado miel. Y entonces apareció la abeja reina, cuya vida él salvó, y pasando de largo junto a las dos primeras muchachas, se acercó a la que había comido miel.
El príncipe dijo entonces cuál era la más joven y el encantamiento del castillo quedó roto. Poco después se casó con la princesa menor y tuvieron una vida llena de felicidad.
Comentarios
Publicar un comentario