Translate

BABA YAGA Y LA HUÉRFANA #cuentosinfantiles #cuentospopulares #niños #rusia #lecturajuvenil



Érase una vez una joven campesina llamada Natacha.  Había perdido a su madre, y su padre se había vuelto a casar, pero su madrastra la detestaba.  Le encargaba los peores trabajos, las tareas domésticas más duras, la cocina, la colada y la pobre muchacha no descansaba jamás.

Un día que su padre había ido a visitar a unos amigos, la madrastra pensó: "Ésta es la ocasión perfecta para librarme de Natacha.  ¡Tendré que ser astuta!".

Entonces, sonriendo de forma maliciosa, se dirigió a la joven:

-¿Podrías hacerme un favor?

Natacha hizo un gesto afirmativo y su madrastra prosiguió:

-Necesito que vayas a ver a mi hermana, tu tía Elena.  Pídele que me preste hilo y aguja para coser una camisa.

Pero en lugar de mostrarle a Natacha el camino que conducía a la casa de Elena, la madrastra le indicó el camino que llevaba hasta la choza de Baba Yaga, la bruja.

Mientras tanto, la malvada mujer se felicitaba por su astuto engaño.




Pero Natacha tenía fundadas razones para desconfiar de su madrastra.  Sospechando una trampa, acudió a casa de la hermana de su difunta madre, su buena tía Nushka.

-¡Hola, querida Natacha -le dijo esta última sonriendo-, ¡qué buena idea has tenido al venir a verme!  Pero, pareces preocupada.  ¿Hay algo que no va bien?

-Mi madrastra me ha enviado a casa de su hermana Elena para que le pida una aguja e hilo para coser una camisa, pero tengo miedo de sufrir un accidente o de perderme...

La tía de Natacha le preguntó en qué dirección la había enviado su madrastra.  Cuando lo supo le dijo:

-Querida sobrinita, tienes que ir porque si no te castigará; tu madrastra es la que manda.  Pero antes escúchame bien.  En ese temible lugar, las ramas de un abedul te golpearán la cara, aquí tienes una cinta para sujetarlas.  También encontrarás una verja cuyas bisagras chirriarán a tu paso, toma aceite para engrasarlas.  Después vendrán unos perros que intentarán morderte, aquí tienes un trozo de pan para dárselo.  Más tarde, un gato intentará arañarte.  Deberás darle este jamón.

-Gracias tía -dijo Natacha-, muchas gracias.

Después partió en dirección de lo que creía que era la casa de Elena.  Gran error, pues se dirigía hacia la guarida de Baba Yaga.




-Buenos días, tía -dijo Natacha a la escuálida mujer que encontró dentro de la choza-.  Mi madrastra, vuestra hermana, me envía a pediros una aguja e hilo para coser una camisa.

Cuando Baba Yaga vio a la joven, que era una muchacha regordeta y mofletuda, pensó que con ella se prepararía una cena deliciosa, e hizo todo lo posible por retenerla.

-Ah ¿sí?  ¿Te envía tu madrastra?  Pues bien, escucha, entra y siéntate un momento.  Voy a darte hilo y unas agujas, pero antes tienes que hacer algo por í.

Y le pidió a Natacha que le tejiera un poco de lana.  Obediente, la joven, que creía dirigirse a su tía política, se sentó delante del telar y empezó a trabajar.

Mientras tanto, Baba Yaga corrió a ver a su sirvienta, que estaba atareada en la cocina.




-¡Rápido, calienta agua y haz que se bañe mi sobrina, que acaba de llegar!  Lávala bien, porque quiero comérmela mañana para desayunar.

Natacha tenía muy buen oído y escuchó todo lo que dijo Baba Yaga.  Primero se asustó mucho, pero en seguida recuperó el ánimo y decidió desbaratar los planes de su pretendida tía.

Cuando Baba Yaga salió para ir a recoger unas hierbas, Natacha aprovechó para hablar con la sirvienta y le dijo:

-Estás quemando demasiada leña y vas a apagar el hogar.  Echa un poco de agua para que arda menos.  Pero ten cuidado, añade el agua muy despacio o se apagará todo.

Después Natacha se quitó su pañuelo y se lo regaló a la criada.  Como ésta no había recibido nunca un regalo, le tomó mucho cariño a la joven e hizo todo lo que Natacha le había ordenado.  Además, trabajó muy despacio, pues ya no quería obedecer las órdenes de Baba Yaga.




En ese momento entró un gato en la cocina.  Parecía muy malvado y arqueó el lomo cuando vio a Natacha.  Pero la joven le dio el jamón mientras le hablaba dulcemente:

-Toma, gatito, toma, es para ti.

Después le preguntó:

-¿Hay alguna manera de escapar de aquí?

El gato le entregó a Natacha un peine y una toalla.

-Huye.  Corre a toda velocidad, porque estás en casa de Baba Yaga y no en casa de la hermana de tu madrastra.  Baba Yaga te perseguirá.  Así que de vez en cuando, pon la oreja en el suelo y escucha.  Cuando oigas que se acercan los pasos de Baba Yaga, arroja la  toalla al suelo y aparecerá un gran río.  Si Baba Yaga tiene de verdad mucha hambre, cruzará el río y te seguirá persiguiéndote.  Te lo repito, no olvides detenerte y pegar  la oreja al suelo para escuchar los pasos de la bruja.  Cuando oigas que se acerca, arroja el peine entre vosotras.  Surgirá un bosque espeso e impenetrable.  Entonces Baba Yaga dejará de acosarte y volverá a la cabaña.




Natacha le dio las gracias al gato, cogió la toalla y el peine y salió de la casa corriendo.  Cuando atravesó el patio, los perros empezaron a ladrar.  Sacaban la lengua y lanzaban rayos por los ojos.  Natacha les tiró el pan que le había dado su tía.  Al instante se calmaron y la dejaron pasar.  Después llegó a la verja de hierro que delimitaba el jardín de la bruja.  Estaba cerrada y no quería abrirse.  En ese momento, Natacha echó un poco de aceite en sus bisagras; los batientes se separaron y la joven consiguió atravesarla.  Pero delante de ella, en el camino, había un abedul cuyas ramas la golpeaban con fuerza.  Natacha cogió la cinta que llevaba y ató las ramas, pudo proseguir su camino.

Mientras tanto, Baba Yaga había regresado a su casa y llamó a Natacha desde el umbral de la puerta.

-Sobrinita, ¿has tejido mucha lana?

El gato, que se había puesto las botas con el jamón, acudió en ayuda de Natacha.  Puso en marcha el telar y respondió:

-Si tía, estoy tejiendo.




Pero no es tan fácil engañar a Baba Yaga.  El telar no hacía su ruido habitual, y la voz del gato no sonaba tan dulce como la de Natacha.  Así que Baba Yaga entró de repente en el cuarto.  Cuando vio que Natacha no estaba allí, empezó a perseguir al gato para golpearlo mientras gritaba:

.¿Por qué me has traicionado?  ¿Qué te he hecho?

-¡Precisamente por eso, malvada, jamás has cuidado de mi!  Durante todos estos años que he vivido contigo, sirviéndote, nunca me has dado jamón.  Pero Natacha si lo ha hecho; así que la he ayudado.  Eso es todo.

Baba Yaga se encogió de hombros, se dio media vuelta y fue a ver a los perros, creyendo que habrían devorado a Natacha.  Pero se los encontró echados, tan tranquilos, y la bruja comprendió que habían permitido escapar a la joven.  En ese momento cogió un látigo que hizo chasquear en el aire y los amenazó gritando:

-¿Por qué habéis dejado escapar a esa niña?  Teníais que retenerla, morderla...




-Siempre te hemos protegido fielmente, y en agradecimiento no nos das más que  mendrugos mohosos -ladraron los perros-.  Natacha en cambio nos ha ofrecido pan fresco, así que la hemos ayudado.

Cada vez más furiosa, Baba Yaga fue hacia la verja a darle una patada:

-Has dejado escapar mi almuerzo de mañana -gruñó-  ¿Por qué has consentido que se marchara la niña?

Los dos batientes giraron sobre sus bisagras bien engrasadas.

-Tú dejas que me oxide, mientras que Natacha me ha dado aceite.  Así que la he ayudado -murmuró la verja.

Baba Yaga franqueó la verja y vio al abedul que presumía de su bonita cinta.

-¡Qué vanidoso eres!  -dijo Baba Yaga malhumorada-  Supongo que te la ha regalado esa niña.




-Sí, así es -respondió el abedul-.  Es bonita, ¿verdad?  Tú nunca me has dado nada para sujetar mis ramas, ni siquiera un trozo de cuerda.  Así que he permitido que Natacha pasara.

En ese momento la sirvienta se asomó por la ventana:

-Y a mí me ha entregado este pañuelo.  Así que yo también he colaborado con ella.  Nos debería tratar mejor si quiere que seamos fieles.

-¡Una lianta, eso es lo que es, esa pretendida sobrinita! -vociferó Baba Yaga-.  ¡No merece vivir ni un día más!  ¡Se va a acordar de mí!

Y Baba Yaga se lanzó tras la pista de Natacha.  Aunque le llevaba una buena ventaja, Natacha podía controlar el avance de la bruja pegando la oreja al suelo.  Cuando oyó que se acercaban sus pasos, Natacha arrojó la toalla que le había dado el gato.  Inmediatamente, surgió un largo río en mitad del camino.

Natacha siguió corriendo con la esperanza de no volver a oír los pasos de Baba Yaga, pero la rabia de la bruja era tan grande, que no sería un río lo que la retuviera.  Saltó al agua, lo cruzó a nado, y surgió de nuevo en la orilla opuesta, más decidida que nunca a dar su merecido a Natacha.

Una vez mas, la joven pegó la oreja al suelo y oyó el sonido sordo de los pasos de la bruja que la perseguía incansablemente.




Entonces tiró el peine y, en ese mismo instante, como le había anunciado el gato, surgió tras ella un bosque sombrío y espeso.  Esta vez, Natacha se puso a cubierto con toda tranquilidad, ya que Baba Yaga perdió tanto tiempo intentando avanzar a través de las zarzas, los matorrales y la maraña de ramas, que cuando logró dar un paso, había olvidado por completo lo que estaba persiguiendo y por qué estaba tan enfadada.  Después de varias horas combatiendo en vano contra un bosque tan frondoso, volvió a su cabaña y se olvidó de toda esta historia.

Mientras tanto, Natacha había regresado a su casa.  Su padre acababa de volver de su viaje y la joven le contó lo sucedido y lo malvada que había sido su madrastra.  Muy enfadado, el padre de Natacha expulsó de la casa a su segunda mujer.  La joven no oyó hablar nunca más de su madrastra ni de Baba Yaga.




Poco tiempo después, se casó con el joven al que amaba y se instalaron cerca de la cabaña de su padre a quien iban a visitar a menudo.

















Comentarios

Cuentos infantiles "ENTRA Y LEEME"

REGISTRO DE AUTORES

REGISTRO DE AUTORES

Entradas populares de este blog

LA INVENCIÓN DEL JUEGO DEL CHANQUETE #leyenda #persia #niños #lecturaJuvenil #juego

ADIVÍNALO #adivinanzas #niños #infancia

JUGUEMOS CANTANDO #cancionesparajugar #juegosconpalmas #niños #infancia #juegosinfantiles #cancionespopulares

EL GATO Y LA RATA VIEJA #fabula #jeandelafontaine #lecturajuvenil #niños #infancia

EL MITO DEL MURCIÉLAGO #leyenda #africa #sierraleona #lecturajuvenil #día #noche

EL OSO, LA MONA Y EL CERDO #Fábula #TomásdeIriarte #lecturajuvenil #sinceridad

LA GOLONDRINA Y LAS OTRAS AVES #fabula #esopo #Lecturajuvenil #advertencia